Sus oídos juegan un rol primordial en su trabajo, sus pasatiempos y en disfrutar los sonidos de la vida. Están hechos de manera que pueden manejar los sonidos de la vida diaria. Sin embargo, el ruido intenso o repetitivo puede provocar daños graves. Es posible que usted ya haya experimentado pérdida auditiva sin saberlo. Si ha estado expuesto a ruidos fuertes a lo largo del tiempo, probablemente la pérdida auditiva sea gradual. Lea estos consejos de HearUSA de los que puede sacar grandes beneficios en el futuro para cuidar su audición:
- Comprenda cuándo su audición está en riesgo. El nivel de ruido más seguro es aquel entre 60 y 85 decibelios (la unidad de medida de la intensidad del sonido), algo entre una conversación normal y el sonido del tráfico de una ciudad.
- Tenga cuidado con la exposición prolongada a ruidos fuertes. La mayoría de las personas puede recordar un ruido repentino muy fuerte en un concierto y que dejó un zumbido en sus oídos. La pérdida auditiva provocada por ruidos fuertes puede ser más evidente debido al dolor de oído que puede experimentar después de estar expuesto. Sin embargo, un sonido fuerte constante puede causar daño más prolongado y pasar desapercibido, ya que es posible que no note los efectos hasta después de que el daño esté hecho.
- Tome medidas preventivas contra la pérdida auditiva. Usted puede proteger su audición practicando solamente algunos cambios sencillos. Considere utilizar tapones para los oídos si trabaja en un ambiente ruidoso o cuando va a un concierto y cuando utilice audífonos, escúchelos a no más del 60% del volumen máximo. Muchos teléfonos vienen con alertas de volumen que puede activar y le indicarán cuando está escuchando música a un volumen muy alto.
Esté pendiente de los síntomas de pérdida auditiva, como pedirles a otras personas que repitan lo que dijeron, esforzarse para escuchar una conversación grupal o en un ambiente ruidoso y experimentar dificultad para escuchar cuando habla por teléfono. Cualquiera de estas señales puede indicar que es necesario someterse a un examen auditivo. El tratamiento oportuno le permitirá seguir disfrutando de su audición.